ROBERTO CARLOS CONQUISTA Y LLENA DE AMOR LA ARENA CDMX
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- 12 may
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La noche del sábado, Roberto Carlos demostró por qué es uno de los artistas más queridos de Iberoamérica. Ante más de 15 mil personas en la Arena CDMX, el cantautor brasileño ofreció un emotivo y entrañable concierto que fue desde la nostalgia hasta la picardía, con su característico estilo elegante.
Pasadas las 9:20 de la noche, una proyección repasó sus más de 50 años de trayectoria antes de que el ídolo apareciera en escena, vestido completamente de blanco, como es costumbre, acompañado por una decena de músicos y dos coristas. “Qué placer verlos aquí”, fueron sus primeras palabras, seguidas de un cálido agradecimiento: “Gracias por ese cariño que siempre he recibido de ustedes”.
A lo largo del concierto, Roberto Carlos mezcló baladas emblemáticas como «Lady Laura», dedicada a su madre, con reflexiones sobre su música: “Yo siempre hice canciones de amor… y hablaba casi todo de amor”, dijo, antes de confesar entre risas que durante años evitó hablar de sexo por lo que pensaría su barrio. “Una vez me preguntaron las tres cosas que más me gustan: la tercera, sexo; la segunda, sexo…”, bromeó, arrancando carcajadas y ovaciones.
Fue así como presentó «Propuesta» y más adelante «Cóncavo y convexo», dos temas que marcaron un giro en su carrera. También recordó su paso por el Festival de Viña del Mar, donde ganó con «El gato», canción que, aunque es favorita en el mundo hispano, nunca grabó en portugués porque, según confesó, “nunca la entendí”.
A sus 84 años, el ícono brasileño mantiene intacta su calidez. Al interpretar «El día que me quieras», rindió homenaje a Carlos Gardel, aclarando que lo hacía sin pretensión de igualarlo: “Eso es imposible”, dijo.
Uno de los momentos más especiales fue cuando cantó «Jesús Crist»o. Decenas de personas se acercaron al escenario, creando un ambiente casi espiritual. Al finalizar, Roberto lanzó rosas blancas y rojas por más de 10 minutos, gesto que algunos interpretaron como despedida, lo que hizo que muchos asistentes comenzaran a retirars, aunque el show aún no había terminado.
El concierto concluyó cerca de las 11:30 de la noche, dejando a su público con el corazón lleno y la promesa implícita de que, mientras haya amor, siempre habrá canciones de Roberto Carlos.




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